jueves, 17 de junio de 2010

jueves, 10 de junio de 2010

SIDA mental

Más peligroso que la misma enfermedad es la actitud con que se enfrenta la misma desde un pensamiento debil.

A estas alturas, desde que en 1983 se detectó que era el virus VIH el causante del SIDA, y que lo que hace es atacar y destruir nuestro sistema inmunológico, el que nos defiende de enfermedades, las cosas básicas están claras. Así pues, la enfermedad se llamó SIDA (Síndrome de InmunoDeficiencia Adquirida). El organismo de la persona con SIDA no tiene defensas para anular a los agentes patógenos.

No se sabe qué parece más desconcertante, si el surgimiento de la pandemia del sida o la reacción de respuesta que ha despertado en la sociedad contemporanea.

En un medio de comunicación, se acuñó el término de SIDA Mental, y no precisamente para referirse a aquellas patologías en la cabeza que muchos enfermos de SIDA pueden sufrir, éstas tienen otros nombres. Por SIDA Mental se entiende a aquel estado sicológico que poseen ciertas personas por el que no son capaces, ni mental ni anímicamente, de protegerse y de enfrentarse a esta enfermedad. El SIDA, por lo tanto, parece que no sólo ataca a los linfocitos, nuestras células defensoras, sino que ataca a nuestros razonamientos y resortes mentales que deberían protegernos de conductas peligrosas. Es una especie de inmunodeficiencia en el plano de los valores existenciales. Es algo así, como si la pasión de un pirómano por el fuego fuera tal, que quedara bloqueado y no fuera capaz de apagarse a sí mismo cuando está ardiendo; tanto le gusta jugar con fuego, que la pasión le ciega.

Los homosexuales, desgraciadamente, son proclives a tener este SIDA mental, antes de que puedan padecer también el SIDA clínico. Para un enfermo, una de las cosas peores que pueden sucederle, es que no reconozca su enfermedad. Se dice que un hipocondríaco es aquel que sin tener enfermedad se cree que está enfermo. Debe haber una palabra para aquel que está enfermo y no se lo cree ( ¿psicópata, tal vez? ). Si no se dan cuenta los homosexuales que sus conductas son antinaturales y muy peligrosas para el contagio del SIDA, padecen de SIDA mental, no tienen recursos de autodefensa.

En los comienzos de la enfermedad, en 1981, en California, el SIDA comenzó a dar la cara entre grupos de homosexuales. El Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, donde se llevaba toda la información, trató de detener estos primeros brotes de la nueva epidemia. Los casos se multiplicaban de semana en semana, y ya estaba pasando a personas normales que por una simple transfusión con sangre contaminada adquirían el virus. Costó muchos esfuerzos cerrar los "baños públicos" donde se veían y cohabitaban los homosexuales. Estas personas protestaban y protestaban para no verse privados de "sus derechos". Hubo que imponer el cierre de aquellos locales: el sentido común decía que eran el foco de una gran epidemia. Quién sabe si ese cierre y otras medidas se hubieran tomado más rápidamente, ahora el SIDA no estaría extendido tanto. Estados Unidos es ahora uno de los países con más personas contagiadas, pues se estima que uno de cada 200 norteamericanos son seropositivos.

Los educadores, los informadores acerca de esta enfermedad, también suelen padecer esta enfermedad del SIDA mental. Se creen que sabiendo algo del tema, ya tienen todo hecho y pueden aconsejar a los demás. Deben reconocer que informar y aconsejar son dos cosas diferentes, y que quizá no están dotados para ambas tareas.

En los años de los que se hablaba , cuando la primera expansión del SIDA entre homosexuales, discursos de Reagan llenos de sentido común sobre el SIDA eran tachados de conservadores. Realmente eran conservadores estos discursos, pretendían conservar la salud de los ciudadanos. De Reagan son frases como : " Tanto la medicina como la moral enseñan lo mismo sobre la prevención contra el SIDA. Nuestro ministro de Sanidad ha dicho a todos los americanos que el mejor modo para evitar el SIDA es abstenerse de la actividad sexual hasta la edad adulta. Y después limitar el sexo a una relación fiel y monogámica. Este consejo y el de rechazar la droga, puede evitar de modo natural la difusión del SIDA. Millones de personas siguen ya este sabido y válido consejo; nuestra nación es más pobre por la perdida de quienes, al rechazarlo, han sufrido grandes dolores, disgustos e incluso la muerte. (...). La educación es determinante para la información y prevención del SIDA. Los padres tienen la responsabilidad de ayudar a sus hijos a ver la belleza, la bondad de la castidad antes del matrimonio y la bendición de una vida familiar estable, a decir sí a la vida y no a las drogas. Las autoridades educativas deberían ser determinadas localmente, en coherencia con los valores profesados por los padres. Padres y educadores deberían enseñar a los hijos a no dejarse llevar por las relaciones prematrimoniales o por la droga y, a situar la sexualidad en el contexto del matrimonio, vivido con fidelidad, compromiso y madurez".

En esta línea podemos continuar con otros grupos de personas que por sus conductas de riesgo son propensas al contagio. Si hablamos de los drogadictos por vía intravenosa, nos damos perfecta cuenta que tienen disminuida su voluntad para dejar la droga; a esto es a lo que también se llama SIDA Mental. Ellos sólo admiten medidas cómodas, que si metadona, que si jeringuillas nuevas y gratis. Se puede comprender que estas personas piensen así, pero lo que ya es mucho más difícil de comprender, es que otras personas no drogadictas también lo piensen.

Estas personas sanas, si no reconocen que, junto con la educación y reinserción, hay que perseguir el tráfico y el consumo de drogas, éstas, también tienen el SIDA mental. Están embotados por una mentalidad permisiva y falsamente tolerante y no saben poner remedio: se hayan sin defensas.

Se entiende mal la tolerancia, se disculpa cualquier actitud, y se piensa eso de "todo el mundo es bueno". El tema del SIDA no es como el de la gripe que podemos disculpar a aquel compañero de oficina que nos contagió a unos cuantos. Si nos abstenemos de buscar los focos de infección, las conductas de riesgo, y de culpabilizar a las personas que contribuyen a la expansión del SIDA, estamos adquiriendo el SIDA mental por un mal entendido concepto de la tolerancia.

Dentro de las autoridades civiles y sanitarias también está desarrollada esta enfermedad del SIDA mental. Quieren resolver todos los problemas con criterios democráticos y de consenso, cuando una cosa es la salud y otra la enfermedad. Con la enfermedad no se puede negociar, hay que atajarla aunque duela. Reparten condones y jeringuillas que es como querer atajar las hemorragias con tiritas, sin tener en cuenta aquí tantos otros aspectos negativos.

Este SIDA Mental es también contagioso, pero no al modo que el otro SIDA. El llamado síndrome de estocolmo también puede darse en estos ambientes. Si uno se mete en muchos congresos, en muchas reuniones o en muchas asambleas y debates, puede también adquirir el SIDA mental. Es como sucede en tantas asambleas que uno entra bien y sale mareado, con la cabeza caliente y los pies fríos; y lo peor de todo es que uno entró allí con las ideas claras, con lucidez. Nos esforzamos por razonar la sinrazón y es cuando nos mareamos y somos capaces de consensuar ese tipo de medidas que agradan a todos, hasta a los virus que tendrán muchas más oportunidades de reproducirse.

Y el ciudadano normal, también es proclive a padecer este sida mental. Carecer de defensas éticas es el resultado de una inculturización desde niño a la que muy pocas personas se sustraen. Haz lo que te pida el cuerpo -dicen-, no reflexiones, no pierdas el tiempo en ello, ya te damos nosotros las consecuencias hechas eslóganes, además, no tienes tiempo. Para que no tengas tiempo, ya te daremos suficientes entretenimientos que dominen tu atención e imaginación, comenzando por el deslumbramiento diario y constante de la televisión. Te daremos pienso suficiente, y a engordar como animal de granja. Como te han puesto en ese circuito en el que cuando adquieres uso de razón, ya estas acostumbrado a correr, inscrito en una loca carrera que no es la tuya, y montado por alguien que te manipula continuamente.

Educado así, mejor dicho, acostumbrado así, te parecerá habitual que siempre hayas nacido para ser esclavo, para ser montado.

¿La droga?, es mentira que quieran quitarla, siempre deberá estar ahí para lograr narcotizar a los desencantados del sistema que acudirán al opio como tabla se salvación, o de inhibición. Lo único que querrían quitar es la delincuencia que trae consigo, y sienten envidia de quien se enriquece con el comercio. Pero, si la gente se drogara "sin problemas", a todos nos tendrían narcotizados, es la mejor forma de dominar y controlar al pueblo.

A pesar de todo lo expuesto, habrá personas que no parece que entiendan. Algo hay en los apologistas del condón que les obliga a decir no a los razonamientos de estos capítulos. Todo los querrían tener más fácil, a bajo coste, sin esfuerzo. Al parecer, son integristas del materialismo y del consumismo, y sólo vale lo que les de placer, lo que les satisfaga.

No hay más sordo que el que no quiere oír. Este no querer oír es debido muchas veces, a que esas personas tienen una forma de entender la vida radicalmente diferente. Quieren curarse de esta enfermedad, pero acuden a métodos acordes con su forma primitiva de entender la vida. Son como esos brujos de aquellas tribus africanas del Camerún que querían intervenir en el foro internacional contra el SIDA que hubo en ese país africano. Estas personas no quieren que el médico opere, que el científico intervenga, que el humanista hable de normas éticas entre las personas, quieren seguir con sus costumbres arcaicas.

Esas personas han rebajando su dignidad, y tienen otro modo de entender la vida. Han elegido un camino en sus normas, que decirles que aquello conduce a un callejón sin salida es como hablar a sordos. Hay algunas personas que viven engañadas todo el tiempo, todas las personas pueden engañarse algún tiempo, pero nunca todas las personas estarán engañadas todo el tiempo.

A esas personas, con las que a menudo dialogamos, les pone nerviosos los razonamientos de sentido común. Pienso, a veces, que consideran los sentidos físicos de la persona, como únicas fuentes de felicidad, y no consideran que el abuso o desorden puede hacer desgraciada a una persona. Es como aquel que no comprende que algo sea bueno al paladar, pero malísimo para el estómago, no comprende, se lo pide el cuerpo y... . Estas personas piensan, (si lo piensan), que las sensaciones y el placer debe ser máximos, a tope, y no les importa morir de sobredosis, al fin y al cabo, dicen, todos vamos a morir. Es aquello que decía el lema: "sabemos que la droga mata lentamente, es igual, no tenemos prisa".

Intentar convencer a un chulo que cambie de vida, resulta tan difícil como a un alcohólico que deje el alcohol, o a un drogadicto la droga. Difícil, no imposible.

Lo que no estamos dispuestos es a soportar que sea verdad de nuevo, aquello de que la ignorancia es muy atrevida. Al menos, que reconozcan que no están dispuestos a seguir los consejos que se les dice, porque no les da la gana.

Somos varias personas amigas las que damos charlas y conferencias sobre el SIDA, allí donde se nos llama. Coincidimos en ver la cuestión de la prevención, más o menos todos de la misma forma, en los términos en los que se narran estas páginas.

Un día estaba dando una madre joven una charla a nivel divulgativo a unos jóvenes, en un instituto de los llamados difíciles. Poco antes de finalizar, y en lugar de rebatir algo que no les pudiera haber gustado o quedado claro, tres o cuatro gamberros desde el fondo, haciendo gala de sus habilidades de bufón inflaron con la boca varios condones, y a modo de globos los empujaron hacia adelante. Sorpresa para todos, y risas generales.

Habían conseguido cargarse la charla, no cabe duda. Una de las formas de que una persona deje de razonar, es ahogarla pronto con un chiste fácil: casi siempre da resultado. La señora tuvo la entereza como para, sin alterarse, concluir con dos minutos más la charla, y abandonar la sala después.

Las palabras que a continuación pronunció, y las que -después pensó- podía haber añadido, más o menos recordadas, fueron estas :

"Parece que a buena parte de vosotros, no os gustan las ideas expuestas acerca de que la mejor prevención es estar lejos de conductas de riesgo. Quizá consideráis anticuados, aunque son las costumbres más sanísimas, el vivir sin droga, con orden sexual, y con fidelidad matrimonial. Pues bien, esas son las mejores medicinas para prevenir el SIDA, pero nadie va a obligaros a tomarlas. Ahora bien, con la misma claridad os diré :

- No me vengáis después pidiendo ayuda porque os ha abandonado la familia por ser portadores del VIH.

- No vengáis pidiendo ayuda para salir de la droga.

- No os quejéis si vuestra mujer o novia os puso los cuernos.

- No os quejéis de si los hombres siguen siendo unos machistas empedernidos.

- No os quejéis cuando vuestra vida ya no tenga ningún horizonte; de que no vale la pena vivir. No valdrá la pena vuestra vida, pues la habéis hecho explotar en mil pedazos en vuestra juventud.

- No os quejaréis de que nadie nunca os habló claro.

- No diréis que nadie me dijo nunca toda la verdad sobre el SIDA.

- No me preguntéis por vuestros miedos, depresiones y complejos.

- Trataréis de maquillar vuestra ajada mirada con postizas sonrisas, porque vuestra vida es un asco.

- Me dais miedo, sois violadores en potencia

- Me dais pena, sois carne de SIDA.

Espero no acordarme entonces de que, cuando más joven, tenía sentimientos cristianos, para no tener que recoger vuestras piltrafas: no tendré ninguna obligación de hacerlo."

¡Cuántas personas quieren ayudar¡. ¡Qué bien visto está la solidaridad¡. Pero, ¿acertamos?. ¿Sabemos cuál es la ayuda que necesitan los enfermos, los drogadictos, las prostitutas, los homosexuales, las personas con prácticas de riesgo?. ¿Sabemos qué ayuda necesitan los ciudadanos en general, para que no acaben cogiendo esta enfermedad tan terrible?. Podemos estar tan confundidos acerca de cómo debe ser la ayuda que necesita una persona, que podemos hacer lo que algunas madres que les facilitan ellas mismas la droga a su hijos, para que no se les ocurra tener que robar el dinero. Si ese hijo fallece por la droga, ¿dormirá tranquila esa madre sabiendo que era ella la que hizo toxicómano total a su propio hijo?, ¿que ella es culpable de su muerte?.

En lo escrito hasta ahora puede uno reconocer que se falla a la hora de ayudar, que incluso con una buena predisposición, no se acierta y quizá se esta haciendo daño. Se puede, sin querer, estar contribuyendo a la expansión de la enfermedad. Esto puede ser disculpable, aunque rápidamente corregido. Lo que no tiene perdón, es que la intención del personal sanitario, familiares, amigos, etc., sea quitarse un problema de encima, aunque se sospecha que el mal brotará, más tarde, y más virulento.

Nos preguntamos hasta qué punto son útiles el dinero mensual que muchos enfermos de SIDA reciben como pensión. Buena parte de ellos lo gastan en seguir consumiendo droga. Los "chutaderos", cuando están más concurridos siempre, es a principios de mes. ¿No sería mejor, dar este dinero a un familiar cercano que se comprometa a administrárselo?. ¿No sería mejor dárselo a una institución para que con ese dinero lo atienda?. ¿No sería mejor dar el dinero pero sólo como cheques únicamente convertibles en comida o ropa?. Hasta en los mismos hospitales donde son atendidos los enfermos de SIDA, hay que vigilarles de continuo para que no se sigan drogando.

Nos preguntamos, y se preguntan médicos y enfermeras, ¿para qué sirve atender y curar parcialmente al toxicómano enfermo, si cuando se reanime volverá al barrio de siempre a drogarse?. Son múltiples atenciones las que reciben los enfermos en los hospitales, tantas, que algunos ya recuperados, no quieren irse. Pero semanas después, y como han vuelto a la misma vida, vuelven a ingresar en peor estado. ¿No hay nadie que les espere a la salida del hospital?. ¿No hay nadie, que aun en contra de su voluntad, les ofrezca un futuro mejor?.

Todo esto se le parece a una ciudad en la que estuviera asegurado la limpieza y arreglo de los coches, cuando se ensucian o deterioran, pero en la que existiera una despreocupación total por hacer carreteras practicables, o por poner una normas de circulación para evitar accidentes.

Hay colectivos que trabajan en el campo de la prostitución, pero lo que hacen es dar instrucciones a las prostitutas, para que actúen -dicen ellos- con menos riesgo. ¿Se las ayuda a salir de la prostitución?. ¿Se las obliga -por su bien, y el de otros-, a dejar esas forma de vivir?. No, desgraciadamente no. Es como si quisiéramos ayudar a los esclavos, dejándoles tobilleras para que las cadenas no les hagan tanto daño. Así, todo el mundo contento: el dueño porque le dura más la mercancía, las esclavas por que sienten un alivio, y el cliente porque encuentra un producto en mejor estado. Además, ¿Quién asegura que la prostituta, bajo los efectos muchas veces de la droga, recordará o hará caso a las lecciones?.

Lo que externamente queda como una tarea social, digna de ser subvencionada, no es más que una nueva rama de la Formación Profesional actual. Hay que estar al día con las demandas sociales, dicen. Las pobres prostitutas, contestan que tienen el oficio de la calle, y que no les ha salido otra cosa. Así que dos mañanas semanales, mil pesetas y un tazón de leche con galletas, es el ritmo a seguir. Trabaje seguro, la consigna a vivir, aunque su dignidad y su futuro esté por los suelos: otros se aprovechan de ello.

Solemos tener todos un prejuicio muy frecuente, y es el que a toda acción de ayuda o de solidaridad, le debe seguir un agradecimiento inmediato del beneficiario, y eso no es verdad. Es muy fácil y confortante recibir una sonrisa después de dar un dinero que el drogadicto nos pide para la pensión, ¿se lo va a gastar en eso?. Es muy fácil recibir una sonrisa después de dar una jeringuilla nueva, lo agradecen, pero le estás dando la soga con se ahorcará.

Del mismo modo pensamos, que cualquier cosa que hagamos que afectado no lo desee, puede ser una coacción, y a las personas hay que dejarlas libres, aunque sepamos a ciencia cierta que volverá con la droga. Entonces, si no se debe ni coaccionar mínimamente a nadie, ¿por qué cierran con llave las ventanas de la habitación?, ¿para que no se tire, y se suicide?. Da la impresión que realmente no nos preocupan las personas, solamente el que no nos den problemas, y haya que recogerles estrellados en la vía pública.

La ayuda necesaria que proponemos es la que propondría cualquier persona verdaderamente afectada por el problema, y sea capaz de reconocerlo. Es decir, un padre que a perdido a su hijo, después de tres años de verle sufrir por la enfermedad, y muchos años antes sufriendo por la loca vida de ese hijo suyo. Querríamos que hablara la abuela que todo lo sufre y que soporta la lenta agonía de su nieto, pues los padres no tiene ya fuerzas para atenderle, y que pasa los últimos meses de su vida prácticamente paralítico, haciéndoselo todo, sin poder dormir, con dolores, sin poder articular palabra, etc. Querríamos que hablara el hijo que nació contagiado de la enfermedad por la vida irregular que llevaron sus padres dentro de la droga, y que le espera una infancia llena de enfermedades, dolores, y muerte segura en su más tierna infancia. Querríamos que hablara la fiel mujer, que confiaba en la fidelidad correspondida de su marido, a pesar de que este viajaba mucho, y pasaba con frecuencia días fuera. Ella también se contagió. Querríamos que hablaran y dieran soluciones, pues esa es la verdadera ayuda, tantas y tantas madres martirizadas por la tolerancia oficial con el consumo y tráfico de drogas. Querríamos que hablara aquel exdrogadicto que a consecuencia del SIDA, entre otras cosas, ha perdido por un tumor en la cabeza, la movilidad casi completa de piernas y brazos, y habla con muchísima dificultad. Se le entiende, sin embargo, sus críticas a la tolerante policía y al barrio de gitanos donde se trafica y que no dejaría ni una casa en pie.

Mientras los ministros y subsecretarios ni siquiera tienen claro que la tolerancia, y cualquier legalización aumenta el problema, ellas sufren el día a día de sus hijos. Pero ellas no tienen apenas fuerza, y los afectados no son capaces de reaccionar y salir del callejón en el que se han metido.

Que propongan métodos de ayudar a los afectados por estos mundos que conducen al SIDA, las personas que sufren los efectos más próximamente. Esos si que lo sienten en sus carnes el problema, y no el concejal o ministrillo de turno, que sólo piensa en la comodidad de su sillón, en la puntualidad para tomar el café, y rellenar folios e informes consensuados.


LA BUENA PREVENCIÓN DEL SIDA ES LA EDUCACIÓN

Cada dia se contagian en el mundo del virus del SIDA 14.000 personas, y mueren 8.000 de SIDA. La Humanidad lleva enfrentada a esta pandemia mas de 20 años, y la enfermedad no deja de propagarse.

Se piensa que con más fondos internacionales, y Conciertos de música se podrá vencer al sida, pero como no se quiera reconocer que es una enfermedad del comportamiento y se usen los métodos propios de la educación del individuo...

Ante los problemas a los que el hombre se enfrenta al inicio del siglo XXI, los sanitarios, como la pandemia del sida, parecen querer derribar siglos de civilización desarrollo y cultura. Siempre se ha dicho que prevenir es mejor que curar; y entre las prevenciones, a ser posible, la primaria, que elimina todo riesgo y preocupación.La epidemia del sida sigue en aumento. El mundo la ha visto crecer y crecer, confiando en que alguien hará algo y conseguirá frenar el sida. Alrededor de 45 millones de personas se han contagiado en el mundo, pero aun no parece una cifra suficiente para ponernos a luchar en serio.

En una sociedad cuyo tótem es el dinero, se confía en que él debe ser quien nos salve. Y en una sociedad donde siempre es imperativo disponer de amplias autopistas de libertad, esta sociedad no es capaz de impedir que por esas mismas autopistas, el virus del sida corra veloz contagiando a miles de personas todos los días.Ante problemas como los accidentes de tráfico, consumo de drogas, maltrato doméstico, etc. siempre pensamos en la educación como remedio. Educa al niño y no tendrás que encarcelarlo de adulto, decían los filósofos griegos. Ahora bien, ¿sabemos todos que es educar? Educar no es simplemente conducir, enseñar o guiar, y por ello nunca podremos decir de alguien que se educó para delincuente. Educar es descubrir y hacer brotar en un individuo todo lo mejor que tiene una persona.La prevención del sida requiere de educación; pero no simplemente el concepto de educación sanitaria normalmente en uso, sino el concepto de costumbres saludables. Así por ejemplo, la prevención contra el tabaquismo no es aconsejar cigarros light o saber expulsar el humo sin tragarlo, sino que es advertir que el tabaco mata. En la lucha contra el sida hay todavía mucho miedo a decir las cosas con claridad.Afortunadamente la neumonía asiática parece bajo control, y ha requerido de damas de hierro, y miles de personas y locales puestos en cuarentena.

La epidemia del sida sigue sin control, pero para esta epidemia, además de investigación se precisa educación, pues se trata de una enfermedad de costumbres. ¿tenemos el sistema educativo necesario?Con el SIDA no nos encontramos sólo un problema estrictamente sanitario, como querrían algunos, también es un problema ético. En este caso, es "La consecuencia de un abuso práctico de la sexualidad en modalidades incorrectas de frecuencia y lugar, y en sus combinaciones con circunstancias de drogadicción o promiscuidad".Pero el capítulo de la prevención no es sencillo, es multifactorial, pues se trata de una enfermedad del comportamiento. Además de la investigación, las otras soluciones al SIDA deben ya venir de mano de la educación sanitaria, de la educación sexual, y de la transmisión de una serie de valores humanos como la responsabilidad personal que motive a las personas al rechazo de drogas y de otras conductas de riesgo. Y la mejor forma de prevenir, de educar comportamientos, es comenzar por llamar a las cosas por su nombre, por decir las cosas claras, sin dobles interpretaciones, aunque nos ganemos los abucheos de muchos que no quieren oírlo. De George Orwell es la frase de : "Hemos caído tan bajo, que atreverse a proclamar lo obvio se ha convertido en el deber primordial de todo hombre inteligente".Educar los valores del sentido de la vida"La estrategia fundamental de prevención a la hora de enfocar el problema del SIDA se apoya básicamente en un trípode de objetivos que son: disminución del riesgo de contraer infecciones por VIH en los usuarios de drogas por vía parenteral, información a la población general y educación para la salud y en valores para los jóvenes y adolescentes". Estas son frases de Don Francisco Parras, que era secretario del Plan Nacional contra el SIDA, y estamos de acuerdo con él en la educación en valores para los jóvenes, pero, ¿qué han hecho en esa dirección hasta ahora?.En unas sociedades heterogéneas con respecto a las costumbre, es difícil encontrar valores comunes en todas las personas, como para que el Estado eduque en ellos a todos los ciudadanos, sin demasiados problemas. Las autoridades quizá conocen cuales son los valores necesarios que se deberían inculcar a los jóvenes para una autentica prevención del SIDA, pero no los divulgan . Quizá espera que sean otros agentes sociales los que se movilicen en esta línea, para no mancharse ellos las manos en lo que podría suponer un descenso electoral.Hay que decidirse por los auténticos valores, aunque no sean compartidos por todas las personas; de hecho, si lo fueran, no sería casi necesario el difundirlos. No son válidas las opiniones que consideren como un valor el "amor libre". No, eso no es valor, es un contravalor, y no se debe respetar, entre otras cosas, porque son los contravalores que nos conducen a todos al SIDA, y no sólo a ellos.El médico psiquiatra C. Gómez Lavín recuerda la necesidad de formar a los jóvenes en lo que son los auténticos valores, y en este caso del SIDA, en lo que es el verdadero amor, "en ese amor del ser humano en que se compromete a todos los planos de la personalidad, también los afectivos y espirituales. Porque sólo cuando se vive bien el matrimonio y la fidelidad, es decir, el auténtico amor, se dignifica y se libera a la persona, se la enriquece y se la hace madurar" .(Lavín G.C., Campaña anti-sida, se miente al ciudadano,en "La Rioja", Logroño, 7-XI-90.)En palabras de Kanga "la primera prevención, el primer preservativo de esta vía de transmisión sigue siendo el preservativo moral, que consiste en la educación de los jóvenes inculcándoles el respeto a la vida, su propia vida y la de los demás". ( KANGA, J.B., SIDA : Causas, remedios, propuestas. "Dolentium Hominum" 1995 ; 29 : 58. )Educación sexual y afectivaEsta si que es la asignatura pendiente: la educación sexual. Se habla mucho de educación sexual, y realmente es necesaria para una sociedad pansexualizada en la que desde hace unas décadas todo es sexo. Ahora bien, hay que ser crítico con la idea de que a todo lo que se llame educación sexual, realmente lo sea. En muchas ocasiones podríamos quedarnos simplemente con instrucción sexual, cuando no se debería calificar realmente de corrupción sexual.

Muchos libros sobre educación sexual no lo son, ya que sólo cubren la parcela informativa, pretendiendo ser neutros en la vertiente formativa. Suele ocurrir que esa presunta educación sexual se imparte de modo colectivo y termina siendo una especie de clase de anatomía y fisiología a la vez, en donde se relata como se realizan las relaciones sexuales, las distintas técnicas y estilos que existen, pero no hay un fondo moral o ético adecuado.No hay educación sexual neutra. Es imposible. La educación sexual será marxista, freudiana, conductista o inspiradas en el humanismo cristiano. Que el lector analice ahora cual de ellas lleva a un equilibrio personal y social, a menos delitos y problemas sanitarios.Entramos entonces en analizar cuál es el verdadero sentido de la palabra educación. Traemos aquí dos definiciones del catedrático de Siquiatría Enrique Rojas.Educar es instruir, formar, guiar, sacar lo mejor que hay dentro de una persona; irla puliendo y limando para hacerla más dueña de sí misma.Educar es convertir a alguien en persona más libre e independiente, con más criterio. Ser individuo capaz de pilotar la propia vida con arreglo a unas normas humanísticas. Por eso toda educación positiva humaniza y libera al hombre, llenándolo de amor.

Resumiendo: educar es promover el desarrollo de una persona para que alcance un cierto nivel de conocimientos teóricos, que le lleven poco a poco a una actitud práctica que le conduzca a su mayor bien posible.En todas las partes del mundo se sabe que si se quiere detener el SIDA hay que educar la sexualidad de las personas. Una escritora sudafricana, Nadine Gordimer, Premio Nobel decía : "En los países occidentales, las relaciones sexuales ocasionales se dan entre jóvenes que, desde el punto de vista material, son unos privilegiados a los que, sin embargo, la sociedad ha sido incapaz de transmitir los auténticos valores de la sexualidad humana, la noción de que la relación sexual no se limita a una función puramente física, como la evacuación, que es a lo que algunos activistas pretenden reducirlo todo." (...) "Hay aspectos sutiles, que tienen su importancia, relacionados con cualquier campaña en contra del VIH y del sida que quiera llegar a influir en un cambio de actitudes hacia las costumbres sexuales. Porque sí, se descubrirá un remedio, y se descubrirá una vacuna, pero ¿y luego? ¿Cómo vamos a recuperar la calidad de unas relaciones humanas que han caído en la degradación y en la vergüenza, reducidas a la consideración de mero foco de una enfermedad mortal ?"No es un asunto banal el que se precise una verdadera educación sexual. La promiscuidad sexual se ha revelado como factor de gran importancia, no en el origen de la enfermedad, pero sí en el momento de la aparición de la epidemia del SIDA y en su progresiva extensión. Deberíamos pensar seriamente sobre el sentido de la sexualidad que, a través de nuestro comportamiento y manifestaciones "culturales", estamos transmitiendo a las generaciones venideras. Es una gran responsabilidad que, en parte debido a nuestros esquemas de comportamiento sexual, dejemos a las generaciones venideras la herencia de un virus tan letal suelto por la calle.Nuestra indefensión sicológica y moral ante el SIDA refleja las limitaciones de una mentalidad acostumbrada a confiar sólo en la técnica para problemas que exigen un cambio ético. Lo malo es que en este caso, el remedio técnico es muy precario, y el riesgo es mortal. Aunque sólo fuera por la precariedad de esta defensa, valdría la pena insistir en la importancia del esfuerzo educativo para promover, entre jóvenes y menos jóvenes, una visión de la sexualidad más acorde con la dignidad humana, como requisito necesario para una conducta sexual responsable.La educación sexual debe referirse a la formación integral de hombres y mujeres. Abarca todas las dimensiones de la sexualidad: biológica, psicológica, dialógica, sociocultural, existencial, trascendental y ética. Es decir, la finalidad de la educación sexual es reconocer el valor de la persona humana, en el plano espiritual y corporal, para formar una comunidad de amor orientada a la unión y a la fecundidad. Y así, necesariamente repercutirá en una mejor sociedad.Por naturaleza existen dos sexos que se complementan: hombre y mujer Sin embargo, por desgracia, corrientemente, la educación sexual se confunde con información sobre el proceso de reproducción humana, resaltando los aspectos puramente biológicos de la relación sexual y en la actualidad, complementándola con la instrucción sobre métodos de anticoncepción o control de la natalidad. Así, se suele afirmar que el uso del condón es sinónimo de ejercicio responsable de la sexualidad, lo que refuerza el mensaje de utilitarismo y desvalorización de las relaciones sexuales y de la dignidad de la persona.Esta orientación actual de la "educación sexual" se deriva de las características de la sociedad actual, que junto a grandes avances científicos y tecnológicos, añade un retraso humano y espiritual. Hay que elevar el concepto de sexualidad a nuestra altura como seres humanos.Los padres de familia son los primeros agentes educativos del niño y los más indicados para educar a sus hijos en y para el amor deben asumir la responsabilidad de orientar convenientemente también la parte relativa al contenido de la información sexual que éstos reciben y la forma de hacerlo, generando una conciencia moral y el predominio de la inteligencia, la voluntad y la pureza en el ejercicio de su sexualidad y su aspecto genital.A los niños hay que iniciarlos a medida que avanza su edad. Son explicaciones sencillas y conformes a su psicología, pero sin falsear la verdad. Sabiendo servirla como algo normal, natural, positivo. Buenos programas de educación sexual Pero hay programas de buena educación sexual.

La Fundación Solidaridad Humana FSH, que trabaja en España, propone una "sexualidad alternativa".Los patrones de conducta sexual que se imponen a los ciudadanos son los del "sexo seguro" con la interpretación oficial del haz lo que te pida el cuerpo. Muchos jóvenes, sin embargo, comienzan a interesarse por aprender a vivir una sexualidad más plena, una sexualidad de forma integrada con el amor. A lo que conducen las campañas oficiales es al un sexo infeliz . No existe ningún método que nos prevenga de las consecuencias psicológicas y emocionales del sexo seguro . No se ha inventado una píldora para los efectos que producen las relaciones sexuales precoces; uno no se queda igual cuando es abandonado por aquel que sólo deseaba su cuerpo, se producenheridas difíciles de curar. Los testimonios de muchos jóvenes son tal como : "creías que eras importante para alguien, te has entregado, has tenido momentos íntimos, has compartido tu cuerpo y de repente se acaba, como si nada de lo anterior hubiera sido cierto... te sientes engañado, abandonado. Estos sentimientos duelen, se gravan en la memoria y en el cuerpo. La desconfianza se apodera de nosotros y nos hacemos más incapaces para volver a una relación con alguien. Experimentamos que nuestra sexualidad no es algo de quita y pon, no es un juego".La FSH busca transmitir otra forma más sana y feliz de vivir la sexualidad, «una política de salud sexual debe ir a la raíz y no a la emergencia y al parche. Hay que educar para lo único que podría protegernos: ponerse el preservativo en la cabeza . Es decir: más que de sexo seguro se trata de vivir un sexo inteligente, que consiste en saber cuándo estoy preparado para mantener relaciones sexuales y puedo asumir todas sus consecuencias. Es hacer de mi vivencia sexual, expresión de todo mi amor personal, de sus significados, dimensiones y consecuencias, también las emocionales». Esta fundación realiza multitud de talleres de educación afectivo-sexual en toda España ya que los problemas de aborto, sida, rupturas y desengaños no son sino el final de un camino, por lo que hay que llegar antes para educar en el verdadero amor.Afortunadamente hay muchos otros buenos programas de educación sexual integral y respetuosa con la persona que suponen el consejo ponderado de la continencia. Uno de los más recientes es El programa SABE del Instituto Valenciano de Fertilidad.Stop al hedonismoFrente a la necesidad de educación, toda una corriente impera a la contra: el hedonismo. El hedonismo es la corriente que busca el placer a cualquier precio, identifica el bien con el placer. Aristóteles, dice que el placer no es ni malo ni bueno en sí mismo, y que es malo en cuanto "hace al hombre brutal o vicioso". Y después, en la Etica a Nicómaco comenta que "este peligro es mayor en la juventud, porque el crecimiento pone en ebullición la sensibilidad, y en algunos casos produce la tortura de los deseos violentos".

El siglo XX se caracterizó, en estos aspectos, por haber intentado repetidamente la justificación racional del hedonismo de la mano del siquiatra Sigmund Freud, de quien el gran filósofo de ese siglo K. Popper decía que nadie había hecho tanto daño a la humanidad como Freud. Freud parece que encuentra en la sicología humana lo que previamente ha decidido que quiere encontrar. Con toda claridad lo declaró a su discípulo Jung : "tenemos que hacer de la teoría sexual un dogma, una fortaleza inexpugnable" (Jung, Memorias). La propuesta freudiana es de una sexualidad tan libre como cualquier otro placer. Pero, si la razón no domina sobre los sentidos, es dominada por ellos. Las ideas de Freud han conquistado amplísimos sectores culturales y sociales.Como herramienta del hedonismo se encuentra la pornografía. Por ejemplo, la creciente ola de pornografía que baña Internet supone un grave problema de educación sexual. La doctora Donna Woods, siquiatra de la Universidad de Michigan decía en un congreso(Congreso anual de la Asociación Americana de Psiquiatras. CNN en español el 16 de Mayo del 2000) , decía que "Se va a presentar un gran problema de salud social (...) para explicar a los niños lo que no es el sexo". La doctora dijo que se calcula que dos millones de adictos al sexo merodean la Internet en Estados Unidos y que el 20 por ciento del comercio electrónico está relacionado con la pornografía.Y para hacernos otra idea, y en España, se ha estudiado las opiniones de alumnos, entre 13 y 16 años, se han estudiado recientemente. Los chicos españoles establecen como sus máximas preocupaciones el trabajo, la amistad y el sexo.Del análisis de su preocupación por lo sexual, se deduce que la educación es más necesaria que nunca. Los resultados son consecuencia de una propaganda que machaconamente inunda con sus imágenes pornográficas la tv. y el cine. Si ocho de cada diez chicos piensan que hay que mantener relacione sexuales fuera del matrimonio, es que no saben lo que es amor, que para ellos es pura genitalidad. Los chicos piensan que amor es sexo.Hay una obsesión por el contacto carnal bajo la presión de una sociedad erotizada. La pornografía inunda las aulas porque inunda las calles. Quizás haya que explicar en los centros de enseñanza qué es amor y qué no es amor. Que amor no es solo sexo, que amor no es solo placer carnal, que el sexo no es algo orientado al la búsqueda de este placer, sino donación de sí que se orienta a dar vida y que implica delicadeza y respeto en el noviazgo, conocimiento mutuo, y un sabio saber esperar mientras el amor, como el buen vino, va madurando por dentro, durante los años adolescentes. Bonito y limpio amor el de un adolescente que sepa mantener su dignidad de ser humano a salvarse de la basura medioambiental, pero ¿procuramos explicar lo que es el amor verdadero y lo que ello implica, o reducimos las clases de educación sexual a una burda exposición pornográfica o a una clase de zoología más?


¿POR QUE LAS CAMPAÑAS CONTRA EL SIDA NO FUNCIONAN?

De todos es sabido que la mayor parte de las campañas contra el SIDA en muchos países del mundo se hace promocionando el preservativo. Ni siquiera la Organización Mundial de la Salud (OMS) se da cuenta que en un mundo pluricultural no se pueden aplicar las mismas medidas en todos los países. No se pueden realizar las mismas campañas sobre el SIDA sobre colectivos o sectores de la sociedad que difieren en sus costumbres, sus edades, su formación, etc.

Recomendar el preservativo, y no la responsabilidad y el rechazo de comportamientos peligrosos, es igual de estúpido que un consejo que a veces se ha visto escrito contra el racismo. A los grupos racistas no se les ocurre otra cosa para evitar disturbios o problemas racistas, que pintar en las calles la siguiente leyenda: "¡Negro!, ayúdanos a combatir el racismo : vuélvete a tu país". Con esta frase, una persona que no analice bien el problema, pensará que tienen razón: si no hay inmigrantes negros no hay racismo. Pero quien tenga dos dedos de frente se dará cuenta de que aunque esa medida fuera viable, ¿estaría resuelto ya el odio interior que sienten hacia las personas de color?. ¿Se está atajando la raíz del problema?. Pues esa es la lógica que utilizan también los apologistas del preservativo. ¿Se está resolviendo el desorden con que muchas personas tratan su cuerpo?. Si ese lema contra el racismo se les ocurre a los racistas, ¿por qué se les ocurre a otros la solución del preservativo para el SIDA?.

La administración pública de muchos países está cargando, pues, con una responsabilidad moral de enormes proporciones. ¿Se atreverá a dar cuenta de los resultados de su campaña que no cesa, dentro 15 o 25 años?. Hay cosas que no requieren el título de profeta para ser profetizadas. El cruel resultado de la droga estaba cantado. Y sin embargo, lejos de perseguirse como lo que es, un crimen horrendo, se toleró e incluso se fomentó en muchos países. Ahora, ¿cuántas familias padecen una tragedia incomparable y casi siempre irreversible?. Las consecuencias disolventes de la neurotización freudiana de la sexualidad ya están más que cantadas: están a la vista. ¿Cómo es posible que los responsables de la salud pública y del bienestar social de un país civilizado cierren los ojos a realidad tan clara?.

Es importante que la información de lo que es el SIDA y sus formas de transmisión llegue al último rincón del mundo, pero no todo es información, la educación es mucho más, y ahí debería incidir toda campaña sobre el SIDA. En 1990, en Bujumbura (Burundi), al hablar de la epidemia del SIDA explicaba Juan Pablo II que "informar sobre los riesgos de la infección y organizar un programa de prevención desde el punto de vista puramente médico no sería digno del hombre, si el hombre mismo no fuera invitado a redescubrir las exigencias de la madurez emocional y de la sexualidad ordenada. Es necesario informar y educar, no aceptando que los problemas puedan ser tratados sin tener en cuenta la ética, porque de lo contrario el origen de la enfermedad no puede ser entendido ni combatido".


LA PREVENCIÓN DEL SIDA DEBE RESPETAR LA DIGNIDAD HUMANA


Prevención del SIDA debe respetar dignidad del hombre

En su discurso ante la XXVI Sesión Especial de la Asamblea general de la ONU, Mons. Javier Lozano Barragán, Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, manifestó que la prevención del SIDA se debe realizar respetando la dignidad del hombre y su destino trascendente.

En su intervención Mons. Lozano Barragán explicó que frente al mal del SIDA "son dos las acciones que se exigen: prevenirlo y curarlo. Las dos son de suma importancia, pero vale más prevenir que remediar" y agregó que "en cuanto al SIDA que se transmite sexualmente la prevención más profunda y a la vez más eficaz es la formación en los auténticos valores de la vida, el amor y el sexo".

El Prelado explicó que está comprobado que las libertades sexuales aumentan el peligro de contagio por lo que se hace necesario que "se entienden los valores de la fidelidad matrimonial y de la castidad. Así, la prevención y la información que conlleva, se realizan respetando la dignidad del hombre y su destino trascendente, excluyendo campañas que impliquen modelos de comportamiento que destruyan la vida y favorezcan la extensión del mal".

Mons. Lozano Barragán también se refirió a las condiciones de miseria que condicionan el contagio de esta enfermedad, de modo que "para combatir aquella será decisiva una mayor justicia social internacional, que desplace la economía como horizonte exclusivo de una globalización salvaje".

El Prelado recordó que el Papa exhorta a los diversos Gobiernos y a la comunidad científica a continuar la investigación sobre la enfermedad y expresó su preocupación porque en muchos países es imposible el cuidado de los pacientes de SIDA debido a los altos costos de los medicamentos patentados.

También se refirió a trabajar por una mayor efectividad en la lucha contra el SIDA y destacó que la Santa Sede sugiere:

 Dedicar presupuestos suficientes para combatir este flagelo

 Incrementar la educación escolar y extra escolar de los valores de la vida, del amor y del sexo, así como insistir en la igualdad del hombre y la mujer

 Eliminar toda forma de discriminación de los enfermos de SIDA

 Apoyarlos espiritualmente

 Recomienda multiplicar los centros para su debida atención

 Informar y educar adecuadamente sobre el SIDA

El Prelado concluyó que hay que "pedir a los países industrializados que, evitando toda forma de colonialismo, ayuden en esta campaña a los países que lo necesiten; erradicar la explotación sexual especialmente la ligada al turismo o a las migraciones; abaratar al máximo los medicamentos antiretrovirales para el SIDA".

Respuesta católica

Tras recordar que hasta la fecha 36.1 millones de personas han quedado contagiadas por el VIH/sida, Mons. Lozano señaló que hasta la fecha han fallecido a causa de la pandemia 21.8 millones de personas, de las cuales, 15 millones son africanos; mientras que son 13.2 millones los huérfanos.

Ante este trágico panorama, recordó que "el Papa en diferentes ocasiones, ha afirmado que el enfermo de Sida debe ser objeto de toda asistencia y de todo respeto", más aún, "debe ser tratado como Cristo mismo".

En respuesta al llamado del Papa, el 12% de quienes se ocupan de los enfermos de Sida en el mundo son organismos eclesiales católicos y el 13% son organizaciones no gubernamentales católicas. De este modo, Mons. Lozano concluyó que la Iglesia católica atiende a un 25% de los enfermos del Sida, acreditándose "como el mayor sostén de los Estados en la lucha contra el SIDA".

SIDA: ENFERMEDAD IDEOLOGÍA O IDEOLOGÍAS ENFERMAS


El SIDA (Síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es una enfermedad, que se descubrió en 1983. Podría decirse que es una infección de reciente aparición y se desarrolla por la destrucción progresiva del sistema inmunológico. Las personas infectadas de SIDA corren el riesgo de morir de las llamadas enfermedades “oportunistas”, contra las cuales su organismo no tiene defensas.

Próximamente se llevará a cabo en Nueva York, el 2 de junio para ser exactos, la revisión de los compromisos adquiridos por los países miembros de la ONU en el 2001, cuando se tuvo la sesión especial sobre el HIV/SIDA. En aquel entonces los gobiernos se comprometieron a luchar por la prevención y la erradicación del SIDA, a través de estrategias nacionales e internacionales. El secretario general de la ONU ha presentado, para el evento de junio, un informe en el que constata que, a pesar de los esfuerzos realizados, aún no se alcanzan las metas previstas. Cabe preguntarse si la estrategia seguida ha sido la más adecuada, es decir la más eficaz para lograr la prevención y erradicación del SIDA.

El SIDA se ha convertido en una enfermedad a la cual se le suelen dar enfoques barnizados de diversas ideologías. Éstas suelen tergiversar la verdad para obtener algún fin, sea económico, de poder o de cambio cultural. Se busca la “cara del SIDA” poniendo en los posters y folletos a personas de color que viven en la África subsahariana y que sufren no sólo por esta enfermedad, si no por muchas otras carencias básicas para sobrevivir. Pero en los foros internacionales el SIDA tiene una cara muy diversa, podríamos decir que ahí se reviste o se “trasviste” diversamente.

Hay un dicho que reza así “Después del niño ahogado se tapa el pozo”, ciertamente el pozo se tenía que haber cerrado antes de que el niño aprendiera a caminar y no cuando ya se había asomado a él varias veces, hasta caer y ahogarse. Normalmente cuando se habla de prevención se entiende como una medida orientada a evitar de antemano una acción con consecuencias negativas. No sería lógico creer que la prevención implica promover la acción que tiene las consecuencias negativas. En el caso del SIDA se da algo muy particular, la estrategia de prevención que se propone como la más eficaz, es la distribución de preservativos. Esto implica que la persona puede seguir tranquilamente manteniendo relaciones sexuales de riesgo, que pueden tener como consecuencia el contagio del SIDA. Resulta un poco paradójico, pues aunque el preservativo evitase el contagio en casi todos los casos como suele pregonarse, es como dejar que el niño se asome continuamente al pozo, arriesgándose a que termine por caer en él y ahogarse. Parece ser que la ideología de la revolución sexual se ha contagiado de SIDA y su promesa de una felicidad radicada sólo en la satisfacción del placer corporal está en peligro de muerte. Aunque sólo se menciona de paso en el informe del secretario general de la ONU, es claro que la fidelidad sexual a una sola pareja heterosexual es la acción más eficaz para prevenir del SIDA.

Otra “ideología” que está afligida por esta enfermedad, es la del género, que deriva de un feminismo que también fue vulnerable a la infección. Es aquella que promete a las mujeres una realización plena si logra el dominio sobre su sexualidad y su capacidad reproductora, a través del empoderamiento, lo que le daría la independencia económica liberándose del peso de la maternidad y logrando los mismos puestos de trabajo que los hombres en proporciones iguales.

Es el feminismo de género que defiende que las “profesionales del sexo” tienen que tener acceso a los medios de prevención y al goce de sus derechos. Si por “profesionales” entendemos solamente a las personas que reciben dinero por realizar alguna acción, la definición sería adecuada, pero si se entiende por la persona que ha elegido prepararse para ejercer un cierto tipo de trabajo, éste término que define a las mujeres que se prostituyen es irónico y denigrante, pues en el 99.9% de los casos las personas que practican la prostitución se ven obligadas a hacerlo por la falta de los recursos necesarios para poder subsistir y de las ayudas sociales suficientes para satisfacer sus necesidades básicas. Por un lado no puede pretenderse que la legalización de la prostitución sea la solución definitiva del problema; por otro hay que ir a la raíz del problema que es el respeto a la dignidad de la persona humana, lo que implica la intervención del estado para ofrecer a sus ciudadanos las condiciones básicas para su desarrollo integral. Ciertamente hay que poner medidas adecuadas para evitar los abusos y que las mujeres no sean víctimas de violencia y tráfico sexual, pero esto no se logrará sólo con empoderar a la mujer, es necesario educar a la sociedad en todos sus niveles para que aprendan el valor de la persona y la respeten.

Relacionada con la ideología anterior encontramos la agenda homosexual que es la que más infectada se ve y aún así no quiere tomar la medicina. Un síntoma de la infección en esta ideología es la defensa a ultranza de la privacidad de la persona, pero el estado no puede permanecer indiferente ante actos que, aún realizados en privado, ponen en peligro la salud y la vida de otras personas. El gobierno debe intervenir para evitar la promoción de acciones que ponen en peligro la salud y la vida de las personas. Otra idea típica de esta agenda es la reivindicación de derechos especiales para las personas con tendencia homosexual, como si no fueran sujetos de los mismos derechos que todos los demás seres humanos del planeta; dentro de estos derechos se propone la tolerancia como la promoción activa de la conducta homosexual, tachando de intolerantes a quienes no la aceptan, ni la promueven, cambiando el significado real de tolerar que es soportar un mal, no promoverlo. Esto no quita que se les dé la atención médica necesaria, sin ningún tipo de discriminación, a las personas que están infectadas por el SIDA, aún cuando hayan sido contagiadas por tener relaciones homosexuales.

Hay una cara del SIDA que, aún siendo la que más sufre por ella merece toda la atención, sin ningún tipo de ideologías, y son los niños que quedan huérfanos a causa del SIDA o que nacen ya infectados. Ellos son inocentes de la situación en la que viven y necesitan que se les acoja y proteja, alguien que piense en su futuro y les dé las oportunidades para desarrollarse integralmente, conociendo la verdad, sin desvirtuarla con ideologías.